A diferencia de las representaciones de siglos anteriores, el inconfundible pincel de Doménikos Theotokópoulos nos representa a un José joven (o, al menos, no anciano), protegiendo cariñosamente a su hijo, mientras unos ángeles ofrecen flores y coronas. Al fondo, bajo ese cielo tan intranquilo, podemos ver la ciudad de Toledo. Se puede apreciar fácilmente la torre de la catedral (parte derecha del cuadro, para el espectador) y el puente de Alcántara (parte izquierda del cuadro, para el espectador).
El cuadro se ubica en la Capilla de San José (en Toledo); hay otra obra (también de El Greco) muy similar, también con los mismos protagonistas, y posiblemente un ensayo para el que hoy nos ocupa, ubicado en el Museo de Santa Cruz (y también en Toledo).
En los años finales de los ochenta, en aquella casi recién estrenada democracia española, eran muy habituales manifestaciones buscando llegar a una situación mejor, principalmente de estudiantes y de trabajadores.
Como quiera que los extremistas de ambos lados se infiltraban -o, directamente, habían formado parte de la organización- en manifestaciones, no era extraño que en algunas ocasiones la situación se tornara violenta. A ello, desde luego, contribuían también las fuerzas de seguridad, hasta hacía bien poco completamente impunes.
En una de esas manifestaciones estudiantiles, en el Madrid de 1987, apareció un personaje que fue inmortalizado por unas fotografías: una persona con una sola pierna, destrozando el letrero del metro de Banco de España o una farola. Estamos ante el Cojo Manteca, Jon Manteca Cabañes, convertido en imagen de la resistencia estudiantil.
En imagen, pero nada más, puesto que el bueno de Jon -ya fallecido- ni era estudiante ni tenía relación alguna con aquella manifestación. Pero en ocasiones los símbolos no necesitan ni siquiera eso para serlo.
Es una de esas situaciones de las que uno diría que jamás podrían darse. Pero se dan.
La falta de lectura -principalmente-, el descenso del nivel cultural han hecho que la expresión de “a bote pronto” (cuyo significado es, cómo sabréis, sin pararse a analizar, como primera reacción) haya sido interpretada por algunos como “a voz de pronto”
Un año más traemos aquí esta obra de nuestro querido CSIC, desde el Instituto de Ganadería de Montaña de León. Este calendario ha sido Iniciativa de divulgación ganadora del I Premio CSIC de Divulgación y Comunicación Científica en la categoría de Obra Unitaria.
Gracias a este calendario -disponible en las lenguas de España y en alguna más- podemos enterarnos de qué sucedió (nacimientos, descubrimientos) en el ámbito de la ciencia para cada día del año.
Junto con el calendario también se ofrecen unas propuestas de actividades relacionadas, que son un excelente complemento, pensadas para el trabajo en el aula y fácilmente adaptables a cualquier edad. Algunas actividades son más puramente juego, como La oca de la ciencia (me ha encantado que casillas como El charlatán o Las pseudociencias nos hagan retroceder), otras actividades entrañan mayor carga de trabajo (“Busca un científico mujer posterior a 1800 que haya trabajado en un tema concreto” o “Indica científicos que hayan sido influenciados por este otro“).
Vuestro trabajo es asombroso y necesario. Muchísimas gracias por esta iniciativa.
Podéis disfrutar de más información y descargaros el calendario y las actividades desde eventociencia.es (enlace al pie).
No es la primera vez hablo de uno ni de otro. No es, por supuesto, la primera vez que hablo de mi querida Segovia o de su entorno.
Pero quiero hablar de tres palacios que están a tiro de piedra de la ciudad: el archiconocido de La Granja, el palacio en las nubes que causaba la admiración de la nobleza europea; el ni tan conocido ni tan utilizado de Riofrío; finalmente, el abandonado de Valsaín.
El de La Granja se edificó para Felipe V, para que sus formas, sus jardines y sus fuentes le evocaran su Versalles natal. El de Riofrío, para Isabel de Farnesio, la segunda esposa del mencionado Felipe V, a la muerte de este. El tercero en discordia y primero en historia, de Valsaín, fue originalmente un pabellón de caza.
El de Riofrío no llegó a usarlo la Farnesio, ya que tras una afortunada -para ellos- muerte, su hijo Carlos (Carlos III, el mejor alcalde de Madrid), llegó al trono y ella pasó a ser Reina Madre y a vivir con la corte.
En La Granja no os perdáis sus fuentes, bellas aun sin agua. Os recomiendo que preguntéis cuando corren, para poder disfrutar de un espectáculo único. Las fuentes tienen horarios muy concretos, los jardines suelen estar abiertos todo el día. El palacio es también visitable. A su lado, un Museo de Tapices; cerquita, Real Fábrica de Vidrio.
En Riofrío y su bosque podéis disfrutar del palacio y luego de un picnic en el mencionado bosque, en donde tenéis mesas para poder degustar de lo que llevéis para comer.
Finalmente, en el de Valsaín (el único de los tres descritos que no he tenido ocasión de visitar) está en ruinas y, aunque se ha hablado de acometer una restauración total (que se me antoja complicadísima y costosísima, desde mi ignorancia), su aspecto es de abandono.
Palacio de Riofrío – De Borjaanimal – Trabajo propio, CC BY 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=152533641Palacio de La Granja – De Tirithel – Trabajo propio, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=11211044Palacio de Valsaín – De Carlos García Fernández – Trabajo propio, CC BY-SA 3.0 es, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=35472938
Álvaro Bilbao es un psicólogo que suele realizar una necesaria labor de divulgación en temas relacionados principalmente con bebés, niños y adolescentes.
El libro que hoy nos ocupa, Prepárate para la vida, está orientado a los adolescentes, así que su público son tanto ellos (los adolescentes), como quienes los tenemos cerca y nos preocupamos y nos ocupamos.
Está escrito en un tono muy cercano y dirigido en segunda persona al lector -que se supone adolescente-; en ese sentido me ha recordado mucho a los imprescindibles Ética para Amador y Política para Amador, de Fernando Savater.
Es una guía extraordinaria para cualquier edad, ya que nos ayuda a entender el cerebro, nuestras emociones y reacciones a ellas, y a ser consciente de la importancia de quiénes nos rodean y de en qué ocupamos nuestro tiempo.
Si lo queréis comprar, podéis hacerlo en este enlace del libro Prepárate para la vida, (recibiré un pequeña comisión). O, mejor aún, podéis comprarlo en la librería de vuestro barrio o pueblo y favoreceréis el comercio local.
Es algo que ha comenzado a darse -o a mí me ha coincidido sufrirlo- en la última década. Seres que, para querer expresar que algo sucederá pronto, por algún oscuro motivo no utilizan “en breve”, sino “en breves”.
Lo sé. No hay explicación posible más allá de que estén intentando buscar la muerte.
Tal y como nos indica la Fundéu, ni el Diccionario de la Real Academia de la Lengua ni el Diccionario de uso del español “recogen la variante en breves, que puede ser un cruce conen breves momentos, en breves instantes y similares, en las que breves sí va en plural porque ha de concordar con el nombre al que modifica”.
Así que, por favor os lo pido, por lo que más queráis, dejad de usar la expresión “en breves”, principalmente si en vuestro entorno hay niños, que son nuestro futuro.
“El deporte es un juego y se lo estamos robando a los niños”, pero ya no solamente por lo que con tanto acierto denuncia esta campaña (ellos padres hoolingans), sino por algo que es muy común: la “profesionalización” de estos juegos, la cantidad de presión que se pone encima de estos chiquillos.
Creo que las escuelas de fútbol tienen que tomar nota porque, además, es algo que perjudica al propio fútbol: cada vez hay menos jugadores habilidosos, formados en mil regates en la calle. Los futbolistas son cada vez más uniformes, más físicos. Más iguales.
La Fundación Brafa ha preparado una campaña denunciando el hooliganismo de los padres.
Viajamos hoy a la cada vez menos desconocida zona de la Montaña Palentina, a un lugar que es remanso de paz, disfrute para los sentidos -para los cinco- y paraje único: Cervera de Pisuerga. En sus cercanías nacen el Carrión (Fuentes Carrionas) y el Pisuerga.
Os indico algunas posibles actividades que podéis realizar en Cervera de Pisuerga y alrededores.
Casa del Parque Natural Montaña Palentina: os recomiendo que esto sea lo primero que hagáis, porque os va a dar una visión global de la zona y os ayudará a planificar mejor los días.
Ruta del Roblón de Estalaya: esta ruta nos lleva a conocer al roblón, al abuelo del bosque (me encanta esta expresión, esta forma de referirse a este roble centenario).
Ruta del Bosque Fósil: un viaje en el tiempo para descubrir restos de árboles fosilizados hace millones de años.
Ruta de la Tejeda de Tosande: si un tejo en sí mismo es una maravilla, imaginaos un bosque de tejos; ruta muy recomendable, entre otras cosas, porque nos ofrece variedad de paisajes.
Ruta de la Cascada de Mazobre: paralelo al arroyo Mazobre, a los pies del Espigüete.
Ruta de los pantanos: esta ruta, para hacerla en coche, recorriendo los numerosos pantanos de la zona.
Eremitorio rupestre de San Vicente: lugar de oración de los anacoretas de hace mil años, roca convertida en introspección y acercamiento a Dios.
Y tras recorrer bosques milenarios, descubrir fósiles de otra era y maravillarnos con la fauna y el paisaje, nada mejor que descansar en un lugar a la altura de tanta belleza: el Parador de Cervera de Pisuerga. Ubicado en un enclave privilegiado, con vistas espectaculares al embalse de Ruesga y a las montañas que lo rodean, este parador es el refugio perfecto para quienes buscan tranquilidad, buena gastronomía y una conexión auténtica con la naturaleza. Porque si algo tiene Cervera de Pisuerga, además de historia y paisaje, es el don de hacernos sentir en casa.