El cuadro Mujer dormida con jarrón negro había sido robado un siglo atrás, y realmente no había demasiadas esperanzas de encontrarlo. Pero la hija del historiador de arte Gergely Barki quiso ver la película Stuart Little y su papá quiso acompañarla.
En una de las escenas, vio algo que desencadenó las alertas en su cerebro. Aquel cuadro en la pared, en Segundo -o tercer- plano, era… no, no podía ser. Pero si no era, se parecía mucho.
Así que decidieron investigar. Y, efectivamente, era. El cuadro había pasado por anticuarios y mercadillos hasta formar parte del atrezo de la película Stuart Little.