(Leído en Facebook). Me ha parecido tan preciso, precioso y acertado, que quiero compartirlo con vosotros.
Cuando un adulto llora al lado de un niño pequeño…
No te dirá que lloras por una tontería.
No te gritará para que te calles.
No te castigará porque eres caprichoso.
Ni te dirá que “los adultos buenos no lloran”.
Probablemente, te dará un abrazo, te sostendrá, se mostrará empático y tal vez, te ofrecerá su juguete favorito para transmitirte calma.
Tan solo se quedará a tu lado, sin juzgarte y te acompañará sin importar el motivo de tu llanto.
Tenemos tanto que aprender de los niños…