Vale máis faser que mandar, decía mi querida abuela. Y es una situación habitual como educadores: normalmente lo más rápido es hacer algo (pongamos, por ejemplo, recoger) nosotros mismos. Pero también nuestros educandos tienen que aprender a hacerlo.
Tras mi experiencia (propia y ajena), he llegado a la conclusión de que lo mejor es esta combinación:
- hacerlo nosotros
- con gusto
- haciendo partícipes a los pequeños para que también lo hagan
- y mostrando las ventajas de hacerlo
- y lo divertido que es hacerlo
Y listo.
Porque si no lo hacemos nosotros, no aprenden.
Porque si no lo hacemos con gusto, pensarán que es algo desagradable… y cuando puedan dejar de hacerlo (o endosárselo a sus hijos), lo harán.
Porque obviamente, ellos también tienen que participar.
Porque lo hacemos porque mejora nuestro hogar.
Y porque podemos pasarlo genial haciéndolo.