Hace unos días leí, al siempre recomendable y casi siempre acertado Álvaro Bilbao -lo de casi no es por nada en concreto, sino simplemente porque nadie esta siempre acertado- un consejo que ayudará a padres y a hijos en estos tiempos de viajes, casi siempre largos si atendemos a la impaciencia de los más pequeños.
En lugar de responder con los habituales: “quedan cuatro horas”, “quedan cuatro horas menos diez minutos” y siguientes, nos propone Bilbao responder con “nos queda atravesar un río, pasar por un pueblo pequeño, luego un pueblo grande, otro río, y después ya llegamos”.
¿Por qué? Porque el paso del tiempo puede ser muy relativo para cada persona y para cada momento. Además, porque en el tiempo no podemos incluir alteraciones como atascos, pinchazos o paradas en gasolineras.
En cambio, indicando los elementos que nos vamos a encontrar en el camino, no solo se entiende mejor, sino que -para colmo de bienes- el camino se hace más corto.
Desde luego, yo pienso ponerlo en práctica a partir del próximo viaje.
Felices viajes, amigos.