Hoy visitamos en este vuestro blog la localidad de Sahagún, en la provincia de León. Flanqueada por los ríos Cea (afluente del Esla, a su vez afluente del Duero) y Valderaduey (afluente, este sí directo, del Duero) y formando parte del Camino de Santiago, su ubica a más de 800 metros de altura.
Su vegetación es fundamentalmente de encina, roble y -estamos en zona de ríos- chopo. Y en su rica fauna, junto a cigüeñas, lechuzas, azores, gavilanes, zorros o jabalíes -casi nada-, destacan las avutardas (sueño con ver en alguna ocasión su ceremonia nupcial) y los lobos.
Pero sin duda lo que más me admira de esta localidad medieval es su arte mudéjar: las iglesias de San Tirso, de San Lorenzo y, en menor medida, el Santuario de la Peregrina, compiten en belleza y elegancia, siendo unos ejemplos magníficos del románico de ladrillo.
Y no solamente iglesias: también museos, también -lo hemos dicho ya- parte del Camino de Santiago, también parte de la Federación de Lugares Cluniacenses (las ruinas del Monasterio Real de San Benito son testigos mudos del papel de la orden de Cluny).
Un lugar más que recomendable, ya no digamos si aprovechamos para degustar sus puerros (denominación de origen), su lechazo o sus ricos postres.