En nuestra infancia los coches no tenían airbags, no llevábamos cinturón, íbamos cinco atrás… y aquí estamos ahora. En nuestra infancia los parques infantiles no tenían ese suelo tan blandito, y los columpios eran de hierro y con esquinas… y aquí estamos.
Efectivamente, estamos cayendo en el sesgo del superviviente: hablamos desde nuestra supervivencia, no contando los miles que morían, por ejemplo, en accidentes de coche cada año.