No por mucho madrugar amanece más temprano.
Un refrán más que escuchado y recitado, pero al que a veces hacemos poco caso: hay situaciones y hechos que no se pueden ni deben forzar.
No por mucho madrugar amanece más temprano.
Un refrán más que escuchado y recitado, pero al que a veces hacemos poco caso: hay situaciones y hechos que no se pueden ni deben forzar.