Este post no es resultado de ningún estudio ni análisis pormenorizado, es simplemente mi punto de vista, así que os pido tomarlo como tal. He estado pensando en cuáles son los principales males que afectan a los niños y adolescentes de nuestra sociedad.
- Exceso de tecnología: la tecnología es maravillosa, pero hoy se están dedicando muchas horas (y, en muchos casos, con nula supervisión). Demasiados estímulos y casi sin tiempo para el aburrimiento.
- Escolarización temprana: aunque la educación obligatoria no comienza hasta los 6 años, es tremendamente habitual que ya antes (incluso desde muy muy pequeños), nuestros hijos estén ya en guarderías o colegios de infantil. En alguna ocasión he leído la relación entre esto y la adicción a las tecnologías, pero yo no lo veo; sí me parece que es tiempo (años) perdidos de vida en familia. ¿Y la interacción social?, preguntaremos: bien, se puede lograr en la vida cotidiana.
- Exceso de actividades extraescolares: por si fuera poco comenzar desde bien pequeños, añadamos también actividades extraescolares, lo que suma menos tiempo aún sin nuestros hijos. Le veo a estas actividades (no en exceso, por favor), eso sí, muchas ventajas: aprendizaje de disciplinas diferentes a las del colegio, contacto con personas diferentes. Crecimiento personal, en definitiva.
Estos tres males se resumen, claramente, en uno: la falta de tiempo que tenemos los adultos para estar con nuestros hijos. ¿Por qué? Es evidente: un ritmo de vida frenético (mucho más en grandes ciudades que en cualquier otro sitio) que ha puesto el dinero en el centro y que nos impide tener tiempo relajados con lo más sagrado de nuestras vidas.
¿Cómo podemos resolverlo, ya no digo a nivel global, sino dentro de cada familia? Intentemos, dentro de lo posible, realizar actividades con los niños: cocinar, bailar, pasear, hacer deporte, jugar a juegos de mesa.