La primera vez que supe que los papas eran enterrados en tres féretros, cada uno encajado en el anterior, fue con la lectura del libro Pontífice. Un asesino para tres papas, a comienzos de la década de los 80.
El cádaver de los papas se coloca en un féretro de madera de ciprés que va encajado en otro de plomo y este, a su vez, en un féretro de madera de olmo.