Suele mi querido suegro mirar con nostalgia los tiempos en los que todos los vecinos se ayudaban entre sí, incluso en las tareas cotidianas: hoy sembramos tu campo, mañana el mío.
De esos tiempos y de esas bonitas costumbres nos vienen estas expresiones. La cercanía física en el trabajo llevaba a los jornaleros a arrimar sus hombros y sus codos.
Para Jose.