Recuerdo perfectamente el momento en el que vi la iglesia: tras la indicación de la mejor guía posible, Belén, sufrí varios niveles -crecientes- de admiración: el primero, con el pórtico; el segundo, al comenzar a ver la torre; el tercero, al contemplarla en su totalidad.
Fue durante mucho tiempo la torre románica más alta de España, hasta que un incendio le hizo perder su chapitel (que era barroco, por otra parte). Ahora comparte el honor con la también maravillosa torre de la iglesia de Santa Maria la Antigua, de Valladolid.
Cada nivel de la torre tiene un par de ventanas gemelas por cada lado, salvo el superior, que tiene tres ventanas por cada lado. Las ventanas de los dos niveles inferiores están cegados.
Cuando visitéis Segovia, además de sus muchos y conocidos imprescindibles, reservad un momento de paz para asombraros ante los cincuenta metros de esta torre.