Este artista francés (nacido en Marruecos de familia italiana) ha hecho de los espacios vacíos de sus esculturas su seña de identidad. Son esculturas que no dejan indiferente al observador.
Esa capacidad de incluir el aire en sus esculturas me recuerda -con muchas diferencias- a los peines de los vientos de Eduardo Chillida. Pero quizá lo más sorprendente es cómo llegó Catalano a este estilo: una escultura suya, una representación de Cyrano, se deterioró. Y la única forma de salvar la figura fue ahuecando su tronco. Convirtiendo en virtud esa necesidad, nuestro artista comenzó en aquel momento un camino que lo llevaría a ser el referente en este tipo de obras.