Como libro recomendado por mi madre, pasó a ser de obligada lectura, por supuesto. Y es lectura de las que merecen la pena, alimentan y hacen crecer el espíritu y la mente.
El atentado del puente de Londres, del 3 de junio de 2017, nos desveló la figura de Ignacio Echeverría Miralles de Imperial al resto de la humanidad. Armado solamente de su monopatín, se enfrentó a los terroristas. Una heroicidad. Un héroe.
Un héroe, desde luego. Pero cuando lees este retrato cariñoso que le hace su padre, te das cuenta de que Ignacio no podía haber hecho otra cosa, siendo como era.
Me ha encantado conocer -a través del libro- a Ignacio y a los suyos. Y, encima, siendo nosotros gallegos y habiendo vivido tantos años en Pozuelo, me siento un poco más cercano a esa bonita familia.
Si queréis conocer más sobre Ignacio y sobre cómo dar lo mejor de nosotros mismos, os recomiendo la lectura de este libro.