Recientemente he terminado la lectura de esta última obra de Ken Follett. Lo principal: la he disfrutado mucho, muchísimo. He sido feliz leyéndola.
Esta historia nos lleva a los finales del siglo X, al sur de aquella Inglaterra acosada por los ataques vikingos, por los duros inviernos y por los corruptos nobles. Para los que hayáis leído Los pilares de la tierra, os diré que esta historia se sitúa inmediatamente antes de Los pilares.
Sigue el esquema habitual de las novelas de Ken Follett: un amor que parece imposible, cadenas de injusticias, y muchísima ambientación (y espero que rigurosidad) histórica.
Sin embargo, ha habido algún momento en el que me parecía que la historia transcurría demasiado rápido: habría agradecido algo más de detalle.