En España -y en Euskadi en especial- vivimos, entre la fase final del franquismo y el comienzo del siglo XXII, unas décadas terribles, en las que no era raro despertarse con noticias de bombas, secuestros o asesinatos.
Y, desafortunadamente, la reacción por parte de algunos miembros de las fuerzas de seguridad y del gobierno no se acercó ni por asomo a lo que se debe esperar de un estado democrático. Y surgieron torturas, secuestros y asesinatos por parte del estado. Debo decir que, habiendo estado siempre absolutamente en contra de ETA -sobra decirlo-, me resulta absolutamente sangrante cuando la violencia parte de quienes deberían defender la democracia.
Y en este contexto se cometieron demasiadas barbaridades. Este libro de Ion Arretxe nos sumerge en un escenario de detenciones equivocadas y torturas. Lo cuenta con un estilo muy directo, entremezclando sentimientos, recuerdos y vivencias, transportándonos a esos siniestros lugares en los que los interrogatorios iban más allá de lo legal.
Intxaurrondo era el cuartel -tristemente famoso- en donde tenían lugar interrogatorios y torturas. Arretxe evoca los recuerdos de su sabio aitona, dándole un nuevo sentido al infame lugar.
Soy consciente de que es posible que el 100% de lo que se cuenta en libro no es real, ya que los recuerdos a veces se nublan; también soy consciente de que la guardia civil se sentía tremendamente amenazada, viendo cómo aquel grupo terrorista los mataba, a ellos y a sus familias. Y pudiendo entender todas las acciones que se realizaron en ambos bandos, no podré jamás justificarlas.
Tristes armas, si no son las palabras. Que hayamos aprendido mucho de aquellas décadas bárbaras.