Con mucha relación con un post reciente, en el que hablaba de los beneficios de la falta de libertad (es necesario leer el post para entender esto, advierto), quiero hoy hablar de los beneficios de las rutinas.
Establecer una rutina nos ayuda a ser más productivos, a ser mejores e incluso a gozar de más tiempo libre. Por contra, parar una rutina positiva puede hacernos no solamente perder el ritmo -obvio-, sino también evitar que volvamos a recuperarlo.
Con un par de ejemplos me explico mejor: cada día publico un post, desde hace aproximadamente un año. Cuando en otras ocasiones he intentado algo parecido, e incluso tras hilar muchos días haciéndolo, parar implicaba, casi, abandonar.
Con las tareas del trabajo que pueden resultarme más costosas hago también lo mismo: establezco una rutina que me ayuda a realizarlas. A ser posible, las coloco al inicio del día, de forma que cuando el mundo se pone en marcha yo ya tengo hechas mis tareas más engorrosas.
Felices buenas rutinas, amigos.