Uno de los mejores delanteros que han existido, el neerlandés Ruud Van Nistelrooy, tenía una simpática, bonita y certera comparación para explicar los idilios de los goleadores con el gol.
Decía nuestro querido Ruud que los goles son como el ketchup: que a veces te matas apretando y apretando, sin conseguir que salga nada, y otras veces, con apretar un poco… sale un montón.