Debemos ubicarnos unos cuantos siglos atrás, a esa época de los descubrimientos, en los que el mundo era cada vez más grande y más pequeño a la vez. Cruzando la parte central de América, a la altura de lo que hoy es Panamá, se podía divisar, hacia el sur, un mar. Un nuevo mar que, estando hacia el sur, fue bautizado -sí- como “los mares del Sur”.
Esos mares del Sur acabaron siendo el Océano Pacífico, pero nunca consiguió alcanzar la fama ni lo mítico de su antiguo nombre.