Si algo tenemos claro es que la especie humana ha contribuido como ninguna a la destrucción de la naturaleza. También estamos de acuerdo en que debemos disfrutarla y admirarla. En ocasiones, acercar el público a la naturaleza requiere acondicionar la zona.
Ese acondicionamiento debe permitirnos disfrutar del paisaje, de la flora y de la fauna causando una mínima alteración de los mismos. Pero, ¿dónde ponemos el límite? ¿Con un sendero nos llega, o deben llegar los coches a un aparcamiento? ¿Debemos montar un mirador, o con una protección es suficiente? ¿Algún lugar donde sentarse, algún lugar para tomar algo? Como además se nos mezcla el Poderoso Caballero [Don Dinero], todo se complica más.
Me ha hecho reflexionar sobre este tema el bellísimo salto del Nervión, a camino entre Álava y Burgos. Se está planteando la construcción de un nuevo mirador para que se pueda disfrutar más (y un mirador que no sea una amenaza para las aves). Os invito a visitar las dos páginas que indicamos al final para apreciar la maravilla del lugar y para que me deis vuestra opinión sobre el mirador que se propone.
- El Salto del Nervión (en AmurrioTurismo.com)
- Así será el balcón de cristal del Salto del Nervión (en EscapadaRural).
(Gracias a Mariana y a Mario por “presentarme” este bonito lugar).