“Unos rubios vendieron a sus hijas por dinero, alcohol, dos ovejas y un cerdo”.
“Unos gordos vendieron a sus hijas por dinero, alcohol, dos ovejas y un cerdo”.
Si esas dos expresiones nos resultan extrañas (porque “rubios” y “gordos” no aportan nada), ¿por qué la siguiente no nos choca?
“Unos rumanos vendieron a sus hijas por dinero, alcohol, dos ovejas y un cerdo”.