En ocasiones oigo comentarios sobre los efectos negativos que puede tener una crianza “excesivamente” respetuosa con el niño (como si se pudiera ser excesivamente respetuoso), arguyendo que no sabemos qué resultado dará eso en el futuro.
Efectivamente, no lo sabemos.
Pero sí sabemos los resultados de tratar a los niños sin respeto: una sociedad que no se respeta a sí misma, ni a las generaciones futuras, ni a las venideras. ¿De verdad no merece la pena intentar otra cosa?