Como sabéis, una lengua no es algo estático, sino que tiene mucho de ser vivo que nace, crece, se reproduce… y muere. La UNESCO ha preparado un magnífico trabajo clasificando las lenguas en peligro en el mundo, agrupándolas en cinco categorías:
- vulnerable: la mayoría de los niños la hablan, pero puede estar restringida a determinados ámbitos (por ejemplo, el hogar).
- en peligro: los niños ya no lo aprenden como lengua materna en casa.
- seriamente en peligro: la hablan los abuelos y generaciones anteriores; aún cuando la generación de los padres puede entenderla, no la hablan entre ellos ni con los niños.
- en situación crítica: los hablantes más jóvenes son los abuelos, y la hablan parcial y raramente.
- extinta: no queda ningún hablante. (Las lenguas de este nivel se incluyen en el atlas si presumiblemente se han extinguido a partir de 1950.)
Según esta clasificación, en España tenemos cinco lenguas amenazadas.