En una ocasión tuve que acudir, casi con nocturnidad aunque sin alevosía, a echar una mano a una empresa que estaba en un pequeño drama tecnológico. Fuimos avanzando poco a poco en la resolución del problema pero, cada vez que alguna dificultad se nos interponía, uno de los socios de la empresa decía “mis cojones 33”. Esto me llevó a pensar en un dicho propio de Galicia muy relacionado (“o carallo 29”).
El porqué de esta expresión gallega tiene dos posibles explicaciones: la primera nos dice que, durante la Restauración, el artículo 29 de la ley electoral decía que si había un único candidato en un determinado distrito, ya no era necesario ni realizar elecciones. Es decir, camino expedito a caciquismos y demás.
La segunda nos invita a viajar a Santiago y buscar la rúa Travesa que, aunque termina en el número 27, tiene a continuación (en lo que sería el número 29) un bloque con forma de pene (carallo).