Rolife tiene una preciosa colección de casas en miniatura (DIY miniature houses), que son a la vez juego, adorno, manualidad y actividad familiar.
Hemos estado montando dos de ellas y todo el proceso (desde el unboxing hasta su conclusión) nos ha encantado. Aunque se indica que es recomendable a partir de 14 años, en nuestro caso las ha montado Irene (11 años), disfrutando muchísimo del proceso. Como detalle extra, me gustaría indicar que las casitas tienen luz, y que el montaje de la parte eléctrica -sencillo- también se deja en manos del niño.
Montar estas casitas no es solo un pasatiempo, es una lección de paciencia, precisión y creatividad. Cada pieza encaja con la siguiente como en un pequeño rompecabezas tridimensional, desafiando nuestra motricidad fina y nuestra capacidad de concentración. Pero, sobre todo, es una experiencia que nos invita a disfrutar del proceso, a encontrar belleza en los detalles y a saborear la satisfacción de crear algo con nuestras propias manos. Y si, además, lo compartimos con familia o amigos, el valor del resultado se multiplica, convirtiéndose en un recuerdo tan bonito como la casita misma.
Estas son las dos casas que nos han entretenido:
Rolife Puppy’s Cozy Villa DIY Miniature House DG169 – una casita de dos pisos que hará las delicias de los amantes de los perritos.










Rolife Food Box Shop DIY Miniature House Kit – una coqueta y pequeña casita con asa que representa una panadería-pastelería.





















