Es muy posible que os hayáis encontrado -sobre todo si sois aficionados al senderismo- con unos pilones de hormigón con una placa. Algo como lo siguiente:
Son los vértices geodésicos, indicadores de referencia que nos sirven para elaborar mapas topográficos. Inicialmente había tres tipos de vértices (de primer, segundo y tercer orden); los de primer orden dividen el territorio en triángulos de entre 30 y 70 kilómetros, los de segundo orden en triángulos 10 y 25 kilómetros, los de tercero entre 5 y 10 kilómetros. Posteriormente, pasaron a dividirse en dos categorías: los de la Red de Primer Orden (equivalente al primer orden anterior) y los de la Red de Orden Inferior (que incluía a los de segundo y tercer orden).
Hoy en día se mantiene una estructura similar, pero utilizando GPS, receptores y antenas, con datos accesibles para cualquiera.
Para mi querídisimo primo Jose, de quien aprendí esta palabra y con quien vi mi primer vértice geodésico.