A la muerte de Lope de Vega
Ese que admiras polvo inanimado,
deshecho nudo, corazón partido,
lino cortado, estambre destejido,
barro para quebrar, vidrio quebrado.
Roto edificio, alcázar derribado,
anegado bajel, muro rompido,
seco jardín, clavel descolorido,
mortal cuaderno y libro deshojado.
Fue caja, fue depósito, fue Atlante
de un diamante, que al sol hizo ventaja;
adora sus cenizas, caminante.
Que aunque no está el diamante en la mortaja,
mientras que no gozares del diamante,
templarás el dolor con ver la caja.
Tengo para mí que el soneto es una de las formas de poesía más culta, sublime, y difícil. Hoy os comparto este del casi desconocido Miguel de Agüera a la muerte del Fénix de los Ingenios.