Como siempre, las situaciones límite son las que sacan lo mejor de nosotros. Junto con enviar dinero, alimentos o ir en persona, cada uno podemos siempre aportar algo. Aplaudo mucho esta iniciativa de la Universitat de València, que ofrece gratuitamente la posibilidad de recuperar las fotos dañadas.
Me gusta especialmente por dos motivos: por recuperar algo de gran valor sentimental y porque es una muestra de que, en aquello en lo que somos excelentes, podemos ayudar mejor.