Considerado una de las Siete Maravillas de Portugal, este monasterio gótico -primera obra gótica de ese país- es un ejemplo de esa austeridad cisterciense que sobrecoge espíritus y maravilla miradas.
En el monasterio se encuentran también los sepulcros de varios miembros de la Casa Real de Portugal: Pedro I (y su esposa Inés de Castro), Alfonso II (y su esposa Urraca de Castilla), Alfonso III (y su esposa Beatriz de Castilla), entre otros.