Este delicioso y breve libro llegó a mis manos de forma inmejorable: de manos de una amiga a la que nunca podré mostrar la gratitud que se merece, y tratando un tema de tremenda importancia.
Afronta el duro tema de una entrañable mujer, ya al final de su vida y con problemas para encontrar las palabras. Nos pone frente al deterioro mental, el amor, los recuerdos y la dependencia.
La historia es contada en primera persona por una amiga y un logopeda de nuestra querida protagonista. Y, como siempre, nos muestra que en muchas ocasiones quien da (la amiga, el logopeda) realmente es quien más recibe. Cuando nos volcamos en el cuidado de una persona que lo necesita, siempre salimos ganando.
Cada capítulo está contado por uno de los dos narradores. Y destacaría aquí la capacidad de la buena mujer de entrar en las preocupaciones y necesidades de sus cuidadores.
Mención especial merecen los sueños o imaginaciones de la señora y su confusión a la hora de cubrir los vacíos de su léxico con alternativas similares.
Gracias, Belén. Mi gratitud, siempre, para ti.