Se conocen como tales aquellas situaciones que la vida nos ofrece, por las que hay que pasar, y que nos dejan una profunda enseñanza. No necesariamente son situaciones agradables, pero sí pueden tener consecuencias beneficiosas si las sabemos aprovechar bien.
No deberíamos impedir a nuestros seres queridos transitar por estos eventos canónicos, ya que son necesarios.