Es posiblemente la obra más conocida del genial pintor de Amberes. Las tres hijas de Zeus son tres mujeres -posiblemente inspiradas en las dos esposas de Rubens- que forman un trío armónico en su aparente desorden.
Las miradas, los brazos y los cuerpos nos regalan ese precioso triángulo de estas tres mujeres, enmarcado por un árbol y una fuente, con un paisaje de fondo Y no podemos dejar de destacar esas gasas. Y esas flores de la parte superior. Y ese paisaje del fondo.
Hay dos comentarios finales que me gustaría hacer: cuando de pequeño conocí este cuadro me parecía que no estaban muy felices esas tres mujeres y, sobre todo, me parecían muy gorditas; cuando hace unos días tuve oportunidad de verlo presencialmente, comprobé que siguen de poco humor, pero han adelgazado mucho. Es curioso y asombroso este cambio de percepción por parte del espectador, no sé si debido a verlo en diferentes épocas o con diferentes edades. Tuvimos la suerte infinita de poder disfrutar de una visita al Museo del Prado con mi queridísima Belén (gracias, gracias, gracias, tres gracias para ti), y debo decir que ella también tuvo la misma percepción al ver esta obra.