Cristo morto, en italiano. Esta obra, también conocida como Lamentación sobre Cristo muerto, del piazzolés Andrea Mantegna, nos muestra a Jesús yacente, llorado por su madre María, por su querido Juan, y por una tercera persona que no se ha identificado (tal vez su amiga María Magdalena).
Pero lo asombroso aquí no es la lamentación -no está claro que los que se lamentan fueran obra de Mantegna-, sino el propio Cristo: su cuerpo, sus heridas, su sábana -esos pliegues-, su muerte. Un Cristo que, saliéndose del cuadro, llega al alma del espectador.