Todos estamos de acuerdo en las bondades de estar en forma y de practicar deporte. Pero quisiera centrarme hoy en la élite o en el camino hacia ella.
Cuando un chaval destaca en algún deporte -da igual que sea atletismo, fútbol o cualquier otro- se prepara automáticamente todo un entorno en el que ese deporte pasa a a ser la prioridad para el chiquillo. Incluyendo, si hace falta, dejar de ir a clase porque tiene que competir. ¿En dónde quedará el derecho a la educación de ese niño? ¿Es justificación que sea capaz de correr una cierta distancia muy rápido para restringirle su derecho? Y no, no me vengan con que el niño quiere, porque si quisiera quedarse jugando a videojuegos o leyendo no le permitiríamos no ir a clase.
Y ya no digamos si sigue progresando deportivamente: llegamos a dejarlo sin estudios universitarios, si es que ha podido llegar con suficiente nivel