Desafortunadamente -me percaté de esto en mi adolescencia, y fue una terrible revelación- no voy a poder leer todos los libros que quiero leer. Así que siempre hay un buen montón de libros pendientes.
Los clasifico en tres grupos: los directamente relacionados con mi trabajo, los que llamo “tipo documentales” (como biografías, por ejemplo) y los de puro placer (novelas).
Y sí, suelo leer varios a la vez, no secuencialmente.