La ostentatio mamarum era un gesto que podía hacer una mujer ante un hombre en una situación límite, un gesto consistente en mostrar los pechos que fueron alimento, refugio y calma.
Es decir, un forma de recordar al receptor que la verdadera autoridad emana de quien te ha proveído y dado la vida. Una forma de hacer poner los pies en la tierra ante una situación de conflicto, un “no olvides a quién debes la vida”.