Lo conocemos con San Benito porque hay una capilla dedicada a este santo, pero debe hablarse de San Salvador.
Se trata de un monasterio benedictino cuya construcción comenzó en el siglo X. Como suele ser costumbre, las sucesivas obras a lo largo de su vida se introdujeron nuevos estilos (renacentista, barroco, neoclásico).
Sufrió, como otros tantos monasterios e iglesias, la Desamortización de Mendizábal. Y tras ella nos quedan hoy iglesia y claustro. Debo decir que el conjunto sigue siendo imponente y digno de visita.