Hoy os invito a acercaros a un paraje espectacular en la provincia de Pontevedra. El río Barosa desciende formando una preciosa cascada, y ese descenso alimenta a casi veinte molinos (de agua, como podéis suponer).
Un admirable ejemplo de integración de paisaje y construcciones hechas por el hombre, una forma maravillosamente optimizada de utilizar (y reutilizar muchas veces) ese agua que hace girar las muelas de los molinos, convirtiendo en harina ese maíz -normalmente era o es maíz lo que se cultiva en Galicia, un cereal que se adaptó a la perfección estas tierras.
Un lugar tremendamente recomendable si estáis por esta zona. Además de la belleza del lugar, podéis disfrutar del restaurante ubicado en uno de los molinos. Si preferís llevar vuestro picnic, hay mesas a vuestra disposición.