Le tomó prestada la frase a nuestra querida amiga María, pero es que yo podría vivir viajando, en una nueva versión del nomadismo.
Por si fuera poco, mi trabajo como desarrollador web me permitiría hacer eso sin ningún problema.
También es cierto que, una vez en esa vida nómada, bien podríamos sentir la necesidad de volver al sedentarismo. Así que, prudentemente, es mejor racionar los viajes y disfrutar con su preparación, con el propio viaje, y con el recuerdo, que es como volver a viajar. Ya no digamos si ese recuerdo involucra a seres queridos. Menos digamos aún si esos seres queridos ya no están físicamente con nos nosotros.
Qué bonitos los recuerdos de los viajes. Qué bonitos los recuerdos con los seres queridos.