Continuamos nuestro acompañamiento del río Tajo, todavía -sobre todo- en la provincia de Guadalajara, y nos adentramos en zonas de embalses y centrales nucleares, para las que las aguas del Tajo o sus afluentes sirven -o servían- en ocasiones de sistema de refrigeración.
En Sacedón, villa de La Alcarria, además de los embalses de Entrepeñas y de Bolarque, recomiendo también acercarnos al monasterio cisterciense de Monsalud, que estuvo activo desde los siglos XII al XIX -casi nada-, hasta que la Desamortización de Mendizábal logró lo que no habían logrado casi mil años: conseguir su deterioro y desaparición al hacerlo pasar de manos de la Iglesia a manos del Estado.
En Buendía, perteneciente a la provincia de Cuenca, además de su muralla y su plaza mayor porticada, debemos disfrutar de su embalse y de su Ruta de las Caras, que convertirá un sano paseo en una aventura de descubrimiento. El curioso nombre de la localidad nos lleva a los tiempos de la Reconquista, en donde tras una victoriosa jornada, el hombre al mando exclamó un agradecido “Buen día hemos tenido hoy”.
Ya próximos a terminar la ruta de hoy, visitaremos Zorita de los Canes y la imprescindible Recópolis, importante capital de la Celtiberia y ordenada construir por Leovigildo. De la propia localidad de Zorita es destacable la alcazaba. Como muchos de los lugares de esta zona, se ve reflejado en la maravillosa obra Viaje a la Alcarria de Camilo José Cela.
El embalse -y van unos cuantos- de Estremera ya nos pone en contacto con la Comunidad de Madrid, en donde continuaremos nuestro viaje siguiendo al río Tajo.