La primera vez que visitamos Ávila no conocía la existencia de esta joya. Pero una vez que la vimos, no pudimos resistirnos a acercarnos a ella y disfrutarla.
Su nombre completo es basílica de los Santos Hermanos Mártires Vicente, Sabina y Cristeta. Y su cripta alberga la imagen de la Virgen de la Soterraña que por esta su escalera, quien más baja, sube más.
Iglesia románica, decía. Pero construida por quien nos trajo el gótico a España, el arquitecto francés Giral Fruchel. La iglesia está situada a extramuros de la ciudad. Junto con su arquitectura románica, es destacable el cenotafio de los Hermanos Mártires y el retablo del altar mayor.
Su restauración (siglo XIX, comienzos del siglo XX) fue llevada a cabo por Enrique María Repullés y Vargas que, por fortuna, consideraba que las restauraciones deben ser respetuosas (fue, según leo, la primera iglesia española restaurada con estos criterios).