Ya hemos hablado en alguna ocasión de este efecto, relacionado con nuestra falsa percepción de conocimiento en donde solamente hay ignorancia. He descubierto estos días una curva en la que se nos describe muy bien la relación entre el conocimiento real y el conocimiento autopercibido.
Cuando comenzamos a saber sobre algo, enseguida nos parece que sabemos muchísimo, llegando a la llamada cima de la ignorancia; en cuanto aumentamos nuestro conocimiento, caemos en el valle de la desesperación. Si conseguimos ser constantes y seguir aprendiendo, iniciaremos nuestro camino del saber hasta la meseta de los gurús.