Devolver el carrito del supermercado a su sitio es un pequeño acto cívico que ayuda tanto al propio supermercado como a los demás clientes.
Por contra, no devolverlo no supone ningún castigo, es cómodo, no nos hace perder ni un segundo.
La teoría de los carritos del supermercado nos dice que es un buen criterio para ver cómo actuamos cuando no hay ningún tipo de premio ni de castigo, para ver cómo actuamos cuando el único motivo es hacer las cosas como se deben hacer.
Así que este es el motivo de que sea necesario meter una moneda en los carritos. Porque entonces sí que hay premio o castigo.