Siempre pienso en el buen juego que daría el único Don Francisco de Quevedo y Villegas en un medio social tan proclive s la discusión y a la ironía como twitter.
Prácticamente no quedó nadie no criticado por él: de memoria pienso en dentistas, gallegos y negros, pero seguro que hubo más.
Ya nadie odia como odiaba Quevedo.