Hace un tiempo, el fondista Eliud Kipchoge se propuso ser el primer ser humano en correr una maratón en menos de dos horas.
Y lo consiguió. Es un récord no homologado por las condiciones en las que se logró, pero para mí nos ofrece un puñado de virtudes y aprendizajes que hacen que no sea una marca cualquiera.
En primer lugar, Kipchoge fue llevado en volandas por varios grupos de liebres: grandes corredores, compañeros y rivales en carreras, que vivieron como un honor poder ayudarlo a lograr su objetivo.
Por otra parte, la tecnología jugó también su papel, ya que un coche iba marcando el ritmo con un puntero que servía de guía a los corredores.
Récord de Kipchoge. Récord de todos.