Esta falacia consiste en que se nos ofrecen varias alternativas (generalmente dos, pero puede ser cualquier número) como las únicas posibles.
Las encontramos fácilmente en política (“¿Me votarán a mí, o quieren que siga aumentando el paro?”), pero tienen cabida en cualquier contexto (“¿Vendrás conmigo de viaje, o te quedarás aquí aburrido?”)