Un Picasso adolescente (quince años tenía) nos dejó esta obra que nos describe una sociedad entera:
El médico nos representa, lógicamente, a la ciencia; la monja, a la caridad. Ambas partes procurando la mejoría, física y mental, de esa enferma.
Como curiosidad, os contaré que el médico es el padre de Pablo Picasso, la enferma y el niño son dos personas sin hogar (madre e hijo) que Picasso contrató para este cuadro, y la monja parece ser un amigo del pintor, con esos ropajes.