Ya se habló en El Cartapacio, en su Primera Época, de esta bonita ciudad. Se aventuraba entonces que bien podría convertirse en un destino turístico de primer orden.
Pues ya lo es. Ciudad desbordante de creatividad -esto ya lo era hace década y media-, de vida -el final de ETA, ya era hora, ha ayudado-, de arte.
Guggenheim, la Plaza Nueva, la catedral, la Catedral, la plaza Saralegi, los paseos al lado del Nervión, el puente de Calatrava, el Mercado y sus estaciones.
Y sus pintxos.
Visitad Bilbao 🙂