Circula por las redes sociales un bonito gráfico en el que una persona va subiendo por una escalera de mano en la que cada peldaño (¿se llaman así en las escaleras de mano?) es el brazo de un profesor.
Y sí, claro que a veces nos puede tocar algún peldaño podrido o apolillado que nos dificulte el ascenso, pero carambas, que en el global salimos ganando.