Esta es la pintura por la que descubrí a este padre del impresionismo. Forma parte de una serie de quince obras pintadas entre 1897 y 1898 desde el hotel de París en el que se alojaba.
Esta escena nos muestra la calle Saint Honoré a primera hora de la tarde. Los coches de caballos y los peatones se nos muestran sobre el suelo mojado (y aún está lloviendo, a juzgar por los paraguas). Pissarro vuelve al impresionismo, ya en la fase final de su carrera, y nos regala esta impresión de París.
Este cuadro puede disfrutarse en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid. Os recomiendo visitarlo y poder contemplar la misma vista que hace ya más de un siglo, desde la ventana de un hotel de París, pudo contemplar Camille Pissarro.